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Guía de terapia de alimentación para niños

guía para la terapia de alimentación

Si su hijo tiene arcadas o escupe los alimentos durante la hora de la comida, es posible que sea un comedor quisquilloso. O bien, ciertas condiciones pueden significar que su hijo tiene problemas para comer o beber. Si su hijo se niega a comer o simplemente tiene problemas para comer, la terapia de alimentación puede ayudarle.

La terapia de alimentación tiene como objetivo mejorar la relación del niño con la comida y mejorar sus habilidades motoras para autoalimentarse. Conozca más sobre la terapia de alimentación a continuación y cómo puede mejorar la calidad de vida de su hijo.

¿Qué es la terapia de alimentación?

La terapia de alimentación es una forma de terapia ocupacional y del habla que enseña a los niños pequeños a comer o a comer mejor. Las dificultades de alimentación suelen ser consecuencia de diversas afecciones, como el trastorno de procesamiento sensorial o el trastorno del espectro autista. Las dificultades respiratorias, como el asma, y los trastornos del sistema nervioso, como la parálisis cerebral, también pueden crear problemas para comer. Estos trastornos pueden dificultar la deglución de los niños y provocar aversión a la comida. La terapia de alimentación puede resolver estos problemas.

Este tipo de terapia suele incluirse en los servicios de logopedia. Un terapeuta de la alimentación determinará la frecuencia con la que su hijo debe asistir a las sesiones de terapia y la duración de las mismas. La terapia de alimentación puede facilitar a los padres la hora de comer y reducir el estrés que rodea a la preparación de las comidas. La terapia de alimentación para niños pequeños puede ayudarles a obtener las vitaminas y los nutrientes necesarios para fomentar un crecimiento saludable.

Terapia de alimentación para comedores quisquillosos

Un comedor quisquilloso es una persona que se niega a comer ciertos alimentos. Si tu hijo es melindroso, es posible que coma siempre lo mismo, como nuggets de pollo, macarrones con queso o queso a la parrilla. Los niños pequeños que son quisquillosos con la comida pueden sufrir deficiencias nutricionales si no obtienen suficiente sustento de su dieta actual, lo que afecta a su crecimiento y desarrollo.

El picoteo puede empezar cuando tu hijo es un niño pequeño y alcanzar su punto álgido cuando llega a la edad preescolar. Puedes recurrir a la terapia de alimentación para ayudar a tus hijos a superar los hábitos de picoteo. La terapia de alimentación puede mejorar la relación de tu hijo con la comida y motivarlo a probar nuevos grupos de alimentos.

beneficios de la terapia de alimentación pediátrica

Beneficios de la terapia de alimentación

Si está considerando inscribir a su hijo en una terapia de alimentación, los beneficios potenciales incluyen

  • Mejora la salud y el crecimiento: Los niños con dificultades para comer también pueden tener dificultades para mantener un peso adecuado para su altura y edad. Establecer hábitos alimentarios saludables puede mejorar la nutrición de tu hijo, lo que es esencial para un crecimiento y desarrollo saludables.
  • Permite una mayor variedad de alimentos: Los niños que tienen aversión a los alimentos tienen una dieta limitada. La terapia de alimentación puede aumentar su exposición a nuevos alimentos, ampliando el número de opciones a la hora de comer. Esto le permite ser más flexible a la hora de preparar las comidas para sus hijos.
  • Reduce el estrés: Si tu hijo no come mucha variedad, la hora de la comida puede ser estresante, ya que tienes que preocuparte de preparar una comida nutritiva que tu hijo realmente comerá. También es posible que tenga que preparar más de una comida para su hijo y el resto de la familia. La terapia de alimentación puede ayudar a su hijo a sentirse más cómodo con los distintos alimentos, ahorrando tiempo durante la preparación de las comidas y reduciendo el número de crisis.
  • Anima a los niños a jugar con la comida: Mientras que algunos padres pueden pensar que jugar con la comida es contraproducente o de malos modales en la mesa, los niños que juegan con su comida desarrollan habilidades esenciales y se sienten más cómodos con diversas vistas, sabores y texturas. La terapia de alimentación anima a los niños a jugar con la comida para despertar su interés por nuevas comidas a las que antes podían tener aversión. Si un niño se siente cómodo con su comida, es más probable que la coma.
  • Crea una relación sana con la comida: La terapia de alimentación puede ayudar a crear asociaciones positivas con la comida, sustituyendo las experiencias o asociaciones negativas que puedan estar causando la aversión de tu hijo. Sus sentimientos de confianza y seguridad en torno a nuevos alimentos pueden aumentar, animándoles a explorar nuevos alimentos a su propio ritmo.
  • Fomenta la autorregulación: La terapia de alimentación ayuda a tu hijo a desarrollar las habilidades necesarias para gestionar sus emociones a través de la autorregulación. Pueden observar y aprender cómo comen los demás y cómo reaccionan ante la comida a través de conexiones compartidas y un entorno tranquilizador. Una vez que hayan desarrollado estas habilidades, podrán calmarse cuando se encuentren con alimentos o sabores desconocidos. Si tú mantienes la calma y la tranquilidad durante la comida, tu hijo puede aprender a hacer lo mismo.

¿Qué habilidades trabajará su hijo en la terapia de alimentación?

Mientras su hijo participa en la terapia de alimentación, trabajará con un terapeuta de alimentación en diversas habilidades, como por ejemplo

  • Habilidades motoras orales: Los niños con retrasos o trastornos del desarrollo pueden tener problemas de coordinación. Un terapeuta de alimentación puede ayudar a abordar el desarrollo muscular, las funciones respiratorias y los patrones de movimiento específicos para facilitar unos hábitos alimentarios saludables. Tu hijo puede superar estos retrasos y mejorar sus habilidades motoras orales.
  • Sensibilidades sensoriales: Algunos niños experimentan sensibilidad a ciertas texturas o sensaciones de diversos alimentos. Estas sensibilidades pueden ser causadas por condiciones médicas o desarrollarse por sí mismas. La terapia de alimentación introducirá a su hijo en múltiples sensaciones en un entorno positivo para mejorar sus reacciones a los diferentes alimentos.
  • Orientación alimentaria: A menudo, los niños necesitan ayuda para ampliar los tipos de alimentos que comen. En la terapia de alimentación, el terapeuta trabajará con usted y su hijo para aumentar los alimentos que pueden comer mediante la exposición. Aprenderán a gestionar sus sensibilidades y a regular sus respuestas emocionales a las texturas y sabores desconocidos.

Un terapeuta de alimentación utilizará diversos equipos, herramientas y métodos terapéuticos para ayudar a su hijo a desarrollar habilidades de autoalimentación y mejorar su dieta.

8 señales de que un niño podría beneficiarse de una terapia de alimentación

Si su hijo tiene dificultades para comer, podría beneficiarse de una terapia de alimentación. Hay varios signos en los que puede fijarse, entre ellos:

1. Tiene dificultad para masticar y tragar los alimentos

Ciertas afecciones, como el asma y la parálisis cerebral, pueden causar problemas de masticación o deglución, que la terapia de alimentación puede ayudar a resolver.

2. Se niega a comer ciertas texturas de alimentos

Los niños con autismo o trastornos del procesamiento sensorial pueden tener aversión a las texturas de los alimentos. La terapia de alimentación puede ayudar a tu hijo a adaptarse a texturas o sensaciones desconocidas, mejorando su relación con la comida.

3. Lucha por controlar y coordinar los alimentos en la boca

Ciertas afecciones, como los trastornos del sistema nervioso o la debilidad muscular, causan problemas de coordinación y hacen que los niños tengan dificultades para comer. La terapia de alimentación puede ayudar a tu hijo a fortalecer los músculos adecuados para mejorar sus hábitos alimenticios.

4. Mordazas y atragantamientos al comer

Las arcadas o el atragantamiento pueden ser un signo de una condición médica o de aversión a los alimentos. La terapia de alimentación puede ayudar a determinar la causa y avanzar en el tratamiento adecuado para reducir este tipo de reacciones a la comida.

5. Empuja la comida hacia fuera

Si llega la hora de la comida y su hijo aparta el plato o aparta ciertos alimentos, es posible que tenga una aversión a la comida. La terapia de alimentación puede beneficiar a tu hijo presentándole nuevos alimentos y creando asociaciones positivas.

6. Vómitos frecuentes durante o después de las comidas

Los vómitos después de comer pueden ser un signo de refl ujo ácido o de aversión a los alimentos. El reflujo ácido crónico puede hacer que el niño evite los alimentos que le provocan vómitos u otras sensaciones incómodas. Participar en una terapia de alimentación puede ayudar a su hijo a encontrar alivio y a aprender a superar sus aversiones.

7. Tiene dificultad para coordinar los patrones de respiración durante el biberón o la lactancia

Los bebés que experimentan problemas respiratorios al comer podrían tener una afección médica, como el asma. La terapia de alimentación puede ayudarle a llegar al fondo de esta reacción y determinar el mejor curso de acción para mejorar los hábitos de alimentación.

8. Tiene arcadas o es sensible a ciertas texturas, temperaturas o sabores

La sensibilidad a ciertas texturas podría indicar un problema sensorial. Si tu hijo se niega a comer por estas cualidades, la terapia de alimentación puede enseñarle a superar la incomodidad asociada a ciertas texturas y aumentar su exposición a nuevos alimentos.

mejorar los hábitos alimenticios con la terapia de alimentación en kids spot